Predecir con precisión el número de empleos que se podrían perder y los que se podrían ganar con la adopción de la Inteligencia Artificial es algo aventurado y complejo. Sin embargo, lo que está bien claro es que esta tecnología tendrá un significativo impacto sobre el mercado laboral.
Término acuñado por el profesor de la Universidad de Stanford John Mc Carthy, en 1956, para denominar a la disciplina informática que crea sistemas capaces de aprender y razonar como un ser humano, la Inteligencia Artificial ha sido protagonista de muchas películas de ciencia ficción. Sin embargo, actualmente su presencia no se limita a las pantallas, sino que forma parte del día a día de las personas.
Gracias a la IA, las máquinas pueden realizar diversas tareas “humanas”, desde conducir automóviles hasta brindar asistencia virtual. De hecho, ya se utiliza ampliamente y se pronostica que se extenderá a casi todas las áreas de la vida cotidiana en los próximos años.
Lo puede corroborar fácilmente si recién ha hecho la compra en el supermercado. Y es que, aunque no lo haya notado, muchas cosas que eran hechas por personas ahora son realizadas por la IA, desplazando puestos de trabajo. “Es el precio del precio del progreso”, pensarán algunos. Sí, a medida que se introduce una nueva tecnología desplaza a otra, junto con los empleos que creó.
Ya lo vimos en 2019, cuando una encuesta global documentada en Statista señala que la industria automotriz y de montaje, fue el sector más impactado en la reducción de su plantilla laboral debido a la adopción de tecnologías de IA.
Fuente: Statista
¿QUÉ PASARÁ EN EL MERCADO LABORAL CON LA ADOPCIÓN DE LA IA?
Aunque todavía no ha llegado la onda expansiva, tal parece que, salvo contadas excepciones, el impacto de la IA será determinante sobre el mercado laboral. Lo vemos con la IA Generativa, cuya última expresión es el Chat GPT-4, de Open AI, una versión que se está incorporando a miles de programas informáticos, desde Microsoft Office hasta aplicaciones corporativas que son base de industrias financieras y legales, pasando por programas creativos.
Según el estudio de Open AI, GPT-4 está realizando tareas de análisis y producción que antes ocupaba una gran parte del trabajo humano. Pero también dice que ese 80% de profesionales afectados, por lo menos un 10% de su actividad será totalmente reemplazada por IA y 20% verán que la mitad de sus tareas será realizada por esta tecnología.
Por su parte, un informe elaborado por el Foro Económico Mundial (FEM) pronostica que, para 2025, la automatización y una división del trabajo entre los seres humanos y las máquinas desplazarán 85 millones de empleos en todo el mundo, en empresas medianas y grandes de 15 industrias y 26 economías. No obstante, el informe concluyó que se crearían unos 97 millones de empleos nuevos debido a la IA.
Después de que en este 2023, la firma Semrush afirmaba que la IA y la automatización eliminarían 13% de posiciones en la industria, también esperaba que en reemplazo se crearan 12 millones de empleos. “Se prevé que los trabajos tengan una gran demanda con 97 millones de especialistas necesarios en la industria de IA para 2025”, vaticina.
Para economías más avanzadas, como la de los Estados Unidos y Europa, un estudio elaborado por investigadores de Goldman Sachs estima que los últimos avances en IA podrían llevar a la automatización de 300 millones de empleos en esas regiones. Aunque “la mayoría de las personas verían automatizadas menos de la mitad de su carga de trabajo y probablemente continuarían en sus puestos, con parte de su tiempo liberado para actividades más productivas”, matiza.
¿CUÁLES SON LOS EMPLEOS MÁS EXPUESTOS Y LO QUE SOBREVIVIRÁN A LA IA?
Los mismos creadores de ChatGPT publicaron recientemente un estudio científico que identifica los trabajos que serán eliminados en poco tiempo por la adopción de la IA. Son los trabajos de oficina y los de mayor remuneración los que más estarán expuestos a esta tecnología. La lista incluye a abogados, financieros y gestores contables, aunque también se expande por la rama comunicativa, periodística y de relaciones públicas, así como de la traducción y de ramas ingenieriles como diseño de interfaz de usuario e internet e ingenieros de blockchain.
En sentido opuesto, y para darse cuenta de que la irrupción de la IA no impactará sobre todos los empleos, la lista de Open AI incluye una serie de puestos de trabajo donde el cuerpo humano es determinante para tareas que son de fuerza y trabajo manual como son los atletas y competidores deportivos, operadores de maquinaria agrícola, cocineros de comida rápida, mecánicos de autobuses y camiones especialistas en motores diésel, albañiles de cemento y acabados de hormigón… La lista, en total, incluye a 32 empleos que podrán sobrevivir a la IA.
Como bien sintetiza el estudio de Goldman Sachs, el impacto de la IA sobre la productividad laboral depende de la capacidad de su adopción a lo largo del tiempo.
¿IA ELIMINARÁ EMPLEOS O TRANSFORMARÁ TAREAS?
La investigación de Goldman Sachs deja muy en claro que no todo el trabajo automatizado se traducirá en despidos. “Aunque es probable que el impacto de la IA en el mercado laboral sea significativo, la mayoría de los trabajos e industrias solo están parcialmente expuestos a la automatización y, por lo tanto, es más probable que se complementen en lugar de sustituirse por la IA”, aclara.
Además se pronuncia porque, históricamente, los empleos desplazados por la automatización han sido compensados por la creación de nuevos empleos, y la aparición de nuevas ocupaciones después de las innovaciones tecnológicas representa un crecimiento del empleo a largo plazo. Es más, en ese sentido aventura que los avances en IA Generativa tienen el potencial de provocar cambios radicales en la economía global. También asegura que podrían impulsar un aumento del 7% (o casi 7 billones) en el PIB mundial y elevar el crecimiento de la productividad en 1.5% en un periodo de 10 años.
Por lo que vemos, aunque las consecuencias finales de la irrupción de la IA en el mercado laboral son difíciles de predecir, de una u otra forma vamos a tener que enfrentar un cambio radical. Depende, desde nuestra óptica, tomarlo como un riesgo o como una oportunidad.
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